Crónicas de un argentino promedio en busca de un cofre de tesoro, armado con un mapa que recortó de una caja de Zucaritas.

enero 22, 2005

ECUADOR (Quito) #9

FECHA: 22 ENE 05
DIA: 76
PAIS: Ecuador
CIUDAD: Quito
KM. RECORRIDOS: 11474

Feliz Cumple Marian (Cavallo)!

JHS (Jesus H. Christ) INRI
"Jesús Te AMO" decía una remera que tenía una chica de unos 15 años. Acaso cambiaron tanto las cosas desde que yo tenía 15? Muestras de devoción al jefe de la Iglesia están presentes en todos lados. Incluso en algunos bastante inusuales.

Explicación?

Lo único que me se me ocurre (mientras me encojo de hombros) es que si Dios efectivamente está en el cielo, los ecuatorianos están físicamente más cerca de Él que el resto de los habitantes del globo. Claro que eso se puede discutir, pero bueh.

KINA PRAVDA
Que importante es la cultura de ir al cine. Siempre fue bastante fácil. En principio lo único que había que hacer era pagar la entrada, sentarse y mirar para adelante.

Después las salas de cine se empezaron a extinguir a medidados de los ´80. Estacionamientos, templos y pistas de patinaje sobre hielo empezaron a florecer, casi tan atemporalmente como las canchas de paddle.

500 años después de la primera colonización de América, desembarcaron en nuestros puertos los avivados enviados del emperador actual para llenarse las arcas con plata de Box Office y Concession Stands.

Ahi se complicó un poco la cosa. Los fanáticos de admirar una forma de arte a la hora de contar una historia, tuvimos que empezar a soportar todo ruido de envoltorios de papel metálico y a molestos rumiando pochoclo (hecho de maiz argentino, pero envasado en USA).

Pero bueno, siendo honesto frente a mis compatriotas, creo que sobrevivimos la prueba de incorporar Skittles, M&M, Ice Junkies y Pochoclo al rito de ir al cine.

Ayer fui a ver Misteriosa Obsesión a un multiplex de Quito. Es mi deber informarles que los ecuatorianos o no tuvieron la posibilidad de entrenamiento o simplemente decidieron ignorar los principios de etiqueta y protocolo a la hora de ver cine.

Nadie, literalmente nadie, apagó su celular durante la película. Lo peor fue que absolutamente todos sonaron en algún momento u otro. Ignorante de mi esperaba que la gente, al escuchar sonar su celular, se acordara de que no lo había apagado y lo hiciera en ese momento. Que mejor momento para ponerse a conversar?

La garganta me duele de tanto chistar a los maleducados que le sintetizaban la película que estábamos viendo a sus interlocutores.

Hubo un hombre de traje sentado en la fila 6, presumiblemente importante hombre de negocios, que recibió 4 llamadas durante los 90 minutos. El tuvo la decencia de salir de la sala para hablar. No exagero al decir que se pasó más tiempo en el lobby que en la butaca.

El último indicio que presencié para animarme a decir que nuestros hermanos ecuatorianos carecen por completo de la cultura de ir al cine, es que a mi izquierda tenía un grupejo de chicas de 15 años. Cada vez que una quería ir al baño, se levantaban las otras 3 y la acompañaban. En este caso se puede llegar a entender que las purretas sientan que tener su celular prendido (esperando desesperadamente un SMS del galancete del momento) es más importante que cualquier otra cosa en sus vidas.

MADE IN TAIWAN
Es curioso. No suelo ser políticamente correcto. Esta no va a ser la excepción. Soy bastante asqueroso con los inmigrantes asiáticos en Baires, porque disfrutan de estar exentos de impuestos al abrir un local, y suelen saturar los barrios con mugre y ratas, producto de la falta de respeto al país que acepta alojarlos.

Acá tampoco son una excepción. Hace unos días me metí en un cyber para bajar las fotos. El coreano inmundo que estaba detrás del mostrador me mandó a una máquina. Cuando le pedí que el tamagochi tuviera lectora de CD y puerto USB, se mofó de mí y se mandó la parte diciendo que todas "sus" máquinas tienen.

Me siento y empiezo a instalar el Mobile Phone Tools de Motorola. El cara de cospel me manda a su empleada ecuatoriana (a quien seguro trata mal y le paga poco) a disculparse por él, ya que debido a un problema con el proveedor de servicio, yo iba a experiementar una velocidad de internet un poco lenta. A lo que le respondí:

-No te preocupes. Igual solo quiero bajar fotos de mi celular, así que no voy a utilizar la conexión a internet.

A los 5 minutos, el amarillo volvió a convocar a su empleada para susurrarle algo. Acto seguido la chica vino a decirme:

-Lo que estás haciendo está saturando el sistema así que te tengo que pedir que te detengas.
-Que cosa? Me tengo que ir?
-Lo siento.

Chino cagón. Porque no venís a decírmelo vos, eh?. Me paré. Desenchufé mi teléfono (y accidentalmente con él el teclado y mouse) y me fui, sin siquiera mirarlo. Estaba rogando que me interrumpa para querer cobrarme los 3 minutos que usé la computadora. Pero no tuve tal suerte. El nó obstruyó mi salida.

No digan que no les advertí. No soy políticamente correcto.

Have a nice day.