Crónicas de un argentino promedio en busca de un cofre de tesoro, armado con un mapa que recortó de una caja de Zucaritas.

abril 23, 2005

BELGICA (Mechelen) #28

FECHA: 23 ABR 05
DIA#: 169
PAIS: Bélgica
CIUDAD: Mechelen
LAT: N 51° 01' 36"
LONG: E 4° 28' 39"
KM RECORRIDOS: 27174

Hola amigos, esto de tener que pagar por usar internet me está generando demoras a la hora de mantener los postings al día. De hecho aún no terminé con los relatos sobre mis aventuras en Europa del Este. A medida que vaya agregando postings que debo, les voy a avisar.

Como saben el sábado pasado me vajé de un avión, de vuelta en Bruselas. Una pequeña escala técnica, si me permiten, para ver a Alanis en vivo y subirme a otro avión con rumbo a Beersheva (via Tel-Aviv) a cumplir una promesa que vengo postergando desde hace años.

Antes de embarcarme en mi aventura por Europa Oriental, si rercuerdan, había dedicado cada hora del día a cambiar y terminar la escalera. EL arreglo con la dueña de casa (Rita) era que yo iba a dormir en su sofá esos tres días entre Praga y Tel-Aviv para poder terminar la escalera y para no tener que pagar un hostel.

Horas antes de subirme al avión, Rita me responde un SMS diciendo que no me puedo quedar en su casa. Lo cuál me sorprendió. Le pedí si me podía explicar por que el cambio de parecer, pero su respuesta fue negativa.

Asi que bueno. Oficialmente en la calle de nuevo. Nicole e Yvonne me habían insistido para que duerma en su casa (inclusive, ninguna de ellas iba a estar), pero mi orgullo me lo prohibía.

No es curioso lo rápido que se olvida el orgullo?

Efectivamente pasé esa primera noche en lo de las chicas. Solo, bah, acompañado por los gatos. A la mañana siguiente, Rita había quedado en pasar a verme para ventilar las razones de tanto misterio.

Terminó cayendo a eso de las 15:00. Empezó preguntando por mi travesía por el este, pero yo no soy de dar vueltas, así que la encaré de frente:

-Qué es lo que está pasando, Rita?

Para sintetizar (es decir omitir los insultos) resulta que no solo no estaba contenta con el trabajo de la escalera, sino que "yo le había hecho mierda la casa para vengarme de Nicole." Me prohibió el ingreso a su casa y concluyó que iba a tener que contratar a un (sarcástica) "verdadero profesional!" En el medio de todo eso pasamos por "me arrepiento de haber querido hacerle un favor a Nicole, dándote trabajo a vos!"

Hasta ese momento no había lograr articular ni una palabra (ya que mi mandíbula estaba en el piso entre mis Reeboks).

El reclamo no fue adulto, ni respetuoso. Traté de no engarcharme pero fallé y le dije todo lo que pensaba.

En medio de mi monólogo de respuesta (que fue hecho en los mismos términos que el de ella), ella se levantó y dijo que se iba, porque estaba muy cansada para tener esa discusión. En la puerta la detuve, y le reclamé la plata del trabajo y las herramientas que seguían en su casa. Ella no me quiso devolver las herramientas por miedo a que yo le robe herramientas a ella o a Nicole, ya que no todas eran mías. Finalmente entró en razones y se fue a su casa a traer las herramientas.

Cuando las cosas me superan emocionalmente y no puedo pensar claramente, lo que suelo hacer es sentarme y escribir las cosas que me pasan por la cabeza. De esta formalas desmitifico y las puedo ordenar como para procesarlas racionalmente (método cortesía de mi psicóloga: Susana Zaballa). Así que esi hice. Me senté a escribir y a tratar de recordar todos los reclamos que esta chica me había hecho.

Al rato de haberme calmado, la llamé al celu y le pedí que volviera a lo de Nicole para hablar las cosas civilizadamente. Se tomó su tiempo, pero al final volvió.

Su cara de ofendida era impagable. Le ofrecí un café pero lo ignoró. Dejó la plata en un sobre en la mesa y al principio se negaba a sentarse para charlar siquiera.

Lo único que hice fue explicarle, mejor dicho, hacerla entender quer la película que se había hecho de que todo esto era una vendetta en contra de Nicole, era una demencia. Después repasamos la lista de "fuck-ups" que ella decía tener. En síntesis, eran todas cosas que no había tenido tiempo de corregir. En dos puntos sí tenía razón: aparentemente me olvidé una luz prendida en la casa cuando me fui la última vez.Y en que la casa no estaba impecable cuando yo me fui, lo cual es también cierto. Atiné a sacar todo del medio y salí corriendo para no perder el avión a Praga. Por estas cosas, le pedí perdón.

La otra cosa que le pedí fue una oportunidad para poder terminar el trabajo, ya que yo tomo mucho orgullo en lo que hago y no me gusta dejar las cosas incompletas. Mi petición fue denegada, pero al menos los ánimos quedaron más calmados como para poder ir juntos a ver a Alanis esa noche.